XAPANA

Nanan, esposa de Orixala generados y dio a luz a un hijo. Su creación no fue perfecto, naciendo un niño enfermizo, con muchas heridas que cubren su pequeño cuerpo. Ella no podía imaginar que la maldición era la que le trajo el vientre de una criatura tan miserable! Sentirse incapaz de cuidar de ese niño, porque apenas podía mirarlo, decidió dejar en manos cerca del mar. Si la muerte de llevarla sería mejor para todos. Yemonjá, quien se encontraba fuera del mar, vio que algo se extiende sobre la arena de la playa. Ella miró por un rato, para ver si alguien estaba cuidando de él, pero nadie apareció. Entonces, el gran dios del agua fue a ver lo que estaba sucediendo. Cuando él se acercó, comprendió que el niño había sido abandonado por estar gravemente enfermo. Sintiendo una gran simpatía por esa pobre criatura, no pensar en nada más, excepto en la adopción como un niño. Con su gran instinto maternal, Yemonjá lo despidió todo el amor y cuidado para librarlo de la enfermedad. Se trataba de todo el cuerpo del niño con la paja, para que su piel puede respirar y por lo tanto cerrar las heridas.Obaluayê creció y se siguió utilizando ese tipo de ropa, y nadie, excepto su madre, había visto su cara. Él era un austero y misterioso, que conduce a miradas curiosas y asustada de todos. Nadie podía imaginar lo que había debajo de las pajitas. Oya, una vez que lo miró y le preguntó a leer en su rostro, porque quería resolver, de una vez por todas, ese misterio. Obaluayê, sin darle ninguna atención, se negó a hacerlo. Ella, que nunca cedió a la derrota, decidió hacerle frente. Utilizando toda su fuerza, evocó el viento, el chorro de la paja que lo protegía. Cuando el polvo se asentó, se puede ver Oya ser una belleza tan radiante, que sólo podría compararse con el sol. Ni siquiera ella, como una deidad, podría mirar hacia él. Por lo tanto, todos entendían que el misterio debe permanecer oculto. Otra leyenda nos dice que esta deidad poderosa en sus viajes alrededor del mundo podrán presenciar el desarrollo de muchas guerras. Personas Olorún creó y dio vida a luchar por un pedazo de tierra. Mucha gente murió para que sus dirigentes podrían obtener grandes extensiones de su reinado.Los límites de estos guerreros eran insuperables, y las guerras ya no eran así. Obaluayê no entender por qué estas guerras, como Olorún había creado la tierra para todos. La lucha traído mucho dolor y destrucción, y nadie más sabía de valorar la vida humana. Los hombres sólo pensaban en sus intereses materiales. Obaluayê, indignado por esta situación, decidió demostrar que la vida es el tesoro más grande que cualquier persona puede tener. La deidad poderosa trazado, entonces, con su personal, un gran círculo en el suelo en el centro del conflicto. Puesto en ella todo tipo de enfermedades ya existentes. Todos los guerreros, que pasaba, se contraía algún tipo de enfermedad. De hecho, sucedió. Muchas personas se enfermaron, incluyendo a los líderes de los ejércitos. Eso por sí solo fue capaz de poner fin a las guerras. Las enfermedades se han convertido en epidemias, dejando a poblaciones enteras al borde de la muerte. Un Babalawo reveló el mal presagio, pidiendo a todos a reflexionar sobre lo que estaba sucediendo, la culpa de su propia cuenta.Obaluayê había enviado a las dolencias a la tierra, para mostrar que, si bien hemos de salud y una vida plena, no debemos preocuparnos demasiado por las cosas. En esta vida nada se realiza, a menos que el conocimiento y la experiencia que hemos acumulado. Así, aquellos que aceptaron estos diseños y hacen ofrendas, como explica Babalawo, logró deshacerse de sus dolencias y restaurar su dignidad. Pero, por desgracia, no todos lo hicieron. Tal vez, por lo tanto, hay muchos African people viven en la misma forma durante miles de años, tratando de no desconectar de la naturaleza