Leyenda 1
La leyenda cuenta que Ogum luchó sin cesar contra los reinos vecinos. Trajo siempre riquezas en sus expediciones, además de numerosos esclavos. Todas estas mercancías conquistadas, se las entregó a Odúduá, su padre, rey de Ifé. Ogum continuó sus guerras. Durante una de ellas, tomó Irê. Esta ciudad estaba formada por siete aldeas. Por esto lo llaman, aún hoy, lodê Irê del mejejê de Ogum - "Ogum de las siete partes de Irê".
Ogum mató al rey, Onirê y lo substituyó por el hijo apropiado, conservando para si mismo el título de rey It que se saluda como Ogum Onirê! - "rey de Ogum de Irê". Fue autorizado para utilizar solamente una corona pequeña, "akorô". De allí que es llamado, también, de Ogum Alakorô - "dueño de Ogum de la corona pequeña".
Para instalar después a su hijo en el trono de Irê, Ogum volvió a la lucha por muchos años. Cuando volvió a Irê, después de una larga ausencia, no reconoció el lugar. Por desgracia, en el día de su llegada, se celebró una ceremonia, en la cual todos tuvieron que mantener un silencio completo. Ogum tenía hambre. Vio las jarras de vino de palma, pero no sabía que estaban vacías. El silencio general le pareció una señal del desdén. Ogum, que es de corta paciencia, se enojó. Rompió las jarras con la espada y cortó las cabezas de la gente. Cuando la ceremonia acabó, apareció finalmente el hijo de Ogum y le ofreció sus comidas favoritas: los caracoles y las habas, regados con el dendê, mucho vino de la palma. Ogum, ya arrepentido y calmo, lamentó sus actos de violencia, y dijo habiendo vivido ya suficiente, ya era momento de retirarse. Bajó su espada y desapareció debajo de la tierra. A partir de ese momento Ogum se convierte en un Orixá.
Leyenda 2
Oyá vivió con Ogum antes de ser mujer de Xangô. Ayudó a Ogum en su trabajo, cargando sus instrumentos, activaba el fuego de las fraguas. Un día Ogum le dio a Oyá una barra de hierro que le pertenecía, que tenía la energía de dividir a los hombres en siete porciones y a las mujeres en nueve porciones. Xangô tuvo el gusto de sentarse cerca de las fraguas para apreciar a Ogum forjar el hierro, Oyá le lanzó miradas y alternadamente, también a Xangô. Xangô era muy elegante, usaba pendientes, collares y pulseras. Su imponencia y su energía habían impresionado a Oyá. Oyá y Xangô se fueron lejos y Ogum se lanzó en su persecución. Encontró a los fugitivos y a su barra de hierro mágica. Los tocó al mismo tiempo, Ogum fue dividido en siete porciones y Oyá en nueve porciones, que recibieron el nombre de Ogum Mejé y él de Iansã, la madre se transformó así en nueve.
LEYENDA DE BARA:
Leyenda 1
Exú tenía la misión de recorrer todos los espacios a los que Nzambi no podía llegar. En especial la zona donde reinaba la oscuridad, ya que como Nzambi era una gran Luz, nunca podía ver las sombras. Exú fue hecho de color rojo oscuro, con montones de partículas en movimiento, que brillan como las brasas, este tipo de coloración le permitía estar en cualquier tipo de espacio, de luz o de oscuridad.
Luego de algún tiempo, y de recorrer varios espacios oscuros, Exú comenzó a envanecerse y decidió que no regresaría más junto a Nzambi, coronándose a sí mismo como "El Rey de las Zonas Oscuras". Con el tiempo se dió cuenta que estaba solo y queriendo imitar a Nzambi usó su poder de división y creó a siete Seres de sí mismo, otorgándoles a cada uno sus mismos poderes y facultades, pero con menor fuerza. Les dijo:"Han sido creados para que cada uno se encargue de un espacio; ya que hay siete dimensiones distintas y esta es la forma de estar en todas al mismo tiempo".
Cada uno de estos seres se coronó a sí mismo Rey de un espacio, nacieron así los primeros siete reyes coronados de la mitología: 1- Rei das 7 Encruzilhadas/Rainha das 7 Encruzilhadas; 2- Rei dos 7 Cruzeiros/Rainha dos 7 Cruzeiros; 3- Rei das 7 Liras/Rainha Maria Padilha; 4- Rei da Kalunga/Rainha da Kalunga; 5- Rei das Almas/Rainha das Almas; 6- Rei das Matas/Rainha das Matas; 7- Rei da Praia/Rainha da Praia.
Como cada reino estaba antiguamente dividido en 7 territorios, cada uno de los reyes decidió dividirse a sí mismo en 7 para poder estar en todos al mismo tiempo. El poder de Exú para dividirse, tenía como consecuencia que cada una de las partes nuevas que se iban separando, adquiría personalidad propia. Por su parte, los demás Exú al momento de nacer ya se iban dividiendo en 7, y la división continuó como la reacción de una bomba en cadena, esto fue hasta que los últimos no tuvieron la suficiente energía ni poderes, para dividirse. En ese momento se detuvo la expansión.
Los primeros 57 Exú fueron los más poderosos y pasaron a ser jefes de todos los demás. Ellos se encargaron de dar nombre a todos los que tenían la suficiente energía como para ser llamados "exú" y les dieron también sus misiones dentro de cada territorio. Aquellos que no tenían poderes y habían quedado en la escala más baja, no se les dió misión ni espacio dentro del Reino de Exú. Todos estos espíritus, al darse cuenta que no tenían lugar, se reunieron y se dirigieron a hablar con Exú Rey (el primero de todos, el que ahora ocupaba el lugar de un dios). Al llegar se postraron al pie del gran trono, con la frente apoyada sobre la gran alfombra roja con bordados en hilos de oro; sin osar mirar la cara al Rey, le comentaron sus problemas. El Rey los atendió cortésmente, y les dijo que se calmaran, pues el visualizaba en sus futuros una misión muy importante y que para compensar sus males les daría un poco de su propia energía. Fue así que usando su poder tomó sus espíritus y los apresó en cuerpos materiales. Eran los primeros humanos que vivían en la Tierra. Estos hombres eran andróginos (ambos sexos) y sus órganos sexuales estaban desarrollados a medias. Esto tenía la gran desventaja que no podían tener descendencia. Cuando morían, Exú Rey tenía que volver a usar su energía para colocar nuevamente sus espíritus.
Leyenda 2
Hubo una competencia entre Exú y Oxalá por saber quien era el más fuerte y respetado. Durante el combate, Oxalá fue poseido por Exú, que retuvo su energía mágica transformándolo en su esclavo. A partir de entonces Oxalá permite que Exú reciba todas las ofrendas y sacrificios en primer lugar.
Leyenda 3
Cuenta la leyenda que Aluman estaba sufriendo una gran sequía. Los campos estaban secos y la lluvia no caía. Las ranas gritaron y los ríos se cubrieron de cadáveres. Ningún Orixá invocado escuchó sus quejas. Aluman decidió entonces, ofrecer grandes pedazos de carne a Exú. Exú comió con apetito de este excelente ofrecimiento. Aluman había preparado la carne con mucha pimienta. A raíz de esto, Exú sentía ardores tan grandes que toda el agua de todos los recipientes que había, y que tenían en sus casas los vecinos, no era bastante para calmar ese ardor. Exú dio un golpecito a la lluvia y la lluvia cayó. Llovió durante el día, durante la noche. Llovió al día siguiente y el día siguiente, sin parar. Los campos de Aluman volvieron a ser verdes. Todos los vecinos de Aluman cantaban su gloria: ¡qué racimos tan abundantes! ¡los campos de maíz! ¡la mandioca y las habas! El río corrió rápidamente sin desbordarse. Todos estuvieron muy agradecidos con Aluman.
LEYENDAS DE XANGO:
Leyenda 1
Odùdùa el guerrero, invadió con su ejército la ciudad de Ifé. Odùdùa era el gran rey de Oyó. Unificó las ciudades más importantes de esa región, conocidas más adelante como la tierra de yorubás. En cada ciudad puso en el trono a un pariente. Era el gran soberano de los yorubás de los reinos. Fue llamado el primer Alafim, el rey de Oyó. Cuando Odùdùa murió, los príncipes distribuyeron las posesiones del rey entre ellos y Acambi quedó como regente del imperio hasta su muerte, sin llegar a ser nunca coronado.
Con la muerte de Acambi, hicieron rey a Oraniã, el más joven de los príncipes del imperio, que era un hombre rico y de gran poder. El Alafim Oraniã era un gran conquistador y tenía una sólida energía. Un día Oraniã tomó a sus ejércitos y salió a luchar a la región este de su imperio. Fue una guerra muy difícil, pero antes de ganar la guerra, el oráculo le aconsejó acampar con sus hombres. Así hizo y fue así que ese campamento al este de Ilé Ifé, se convirtió en una ciudad de gran poder. La llamaron ciudad Oyó y esta población próspera fue la gran capital del imperio establecido por Odùdùa.
Con la muerte de Oraniã, su hijo Ajacá, tercer Alafim, fue coronado. Ajacá, tenía el apodo de Dadá debido a su pelo rizado, era un hombre pacato y sensible, con poca capacidad para gobernar. Dadá-Ajacá tenía un hermano que fue criado en la tierra de nupes, gente vecina de yorubás, hijo de Oraniã con la princesa de Iamassê.
Este hijo de Oraniã era Xangô, el gran guerrero, que establece una ciudad pequeña llamada Cossô, en los alrededores de la capital de Oyó. Xangô, rey de Cossô, destronó al hermano de Ajacá-Dadá y lo exilió como rey de una ciudad pequeña, en donde utilizó una corona pequeña de Búzios llamada de Baiani. Así Xangô fue coronado como cuarto Alafim de Oyó, gobernando el imperio de Odùdùa y de Oraniã por siete años.
Cuando Xangô murió, se dice que sus ministros buscaron su cuerpo y no lo encontraron. Entonces entendieron que había entrado al Orum y había instituido su culto. Xangô se había transformado en Orixá.
Leyenda 2
Cuentan los patakíes que Xangó tuvo tres esposas, Oia con quien iba a la guerra, Obá, y Oxum de quien se dice que fue su gran amor.
Es sabido entre la tradición Yoruba, la predileccón de Xangó hacia Oxúm, ya que él estaba profundamente enamorado de ella, hasta el punto de perder la cabeza por esta hermosa mujer, grácil, joven, sensual y muy suave.
La leyenda cuenta que Xangó durmió a los pies de Oxúm para demostrarle su amor, lo cual no hizo con ninguna de sus otras mujeres.
Obá callada y muy enamorada de Xangó, estaba celosa por la predilección que él demostraba hacia Oxum, entonces un día decidió preguntarle a Oxúm cómo hacía para conquistar el amor incondicional de su amado Xangó. Recordemos que en los pueblos del Africa, era muy común que los hombres tuvieran más de una esposa, sobre todo si esos hombres tenían rango de reyes.
Así pues, Oxúm, quien a pesar de su apariencia dulce, joven y amistosa era artera y quería tener a su esposo para ella sola, urdió una trampa para Obá. Obá, era crédula y a veces hasta inocente, de allí que cayó en la trampa de Oxúm.
A Oxúm le gustaba cocinar manjares para su esposo, entonces ella le dijo que siempre le preparaba una receta mágica para lograr el amor de Xangó, así fue que le recomendó a Obá que se cortara la oreja, así como lo había hecho ella en la cena de la noche anterior, y que por eso ella tenía la cabeza cubierta para que no se notara que había cortado su oreja.
Siguió diciéndole Oxúm, que si no se había percatado que luego de los manjares que le había hecho a su esposo, él se había ido a pasar la noche con ella, de allí que, Obá corrió inmediatamente a cortarse una de sus orejas y la puso en una sopa que comería durante la cena el Pai Xangó.
Al presentarle a Xangó en la cena la oreja suya en la sopa, éste se puso iracundo y se enojó mucho, mientras que Obá le dijo que Oxúm la noche anterior había hecho lo mismo y a él le había agradado.
Luego de haber dicho esto, Oxúm se quitó el pañuelo y entoncesí Obá vió que tenía las dos orejas y que la había traicionado. Fue tal la violencia de gritos que realizó Xangó contra sus dos mujeres que ambas corrieron despavoridas, pero Xangó echó del hogar a Obá y la despreció como esposa. Fue entonces que Oxúm ganó y por lo tanto, ya tenía una competidora menos.
Luego de ello, Obá comenzó a sentir un odio incontenible contra Oxúm y se dice también que le envió miel envenedada, que no llegó a comer y así se salvó de morir.
Leyenda 3
Oiá, la tercera esposa de Ogum, no podía tener hijos. Es así que un día va a una hechicera y le pide quedar embarazada. La hechicera le dijo que sólo quedaría embarazada si la poseían con violencia. Entonces como muchas veces Xangó iba a la casa marital de Oiá, ella decidió coquetearle y aceptar los halagos de Xangó. Así entonces, un día Xangó raptó a Oiá y se la llevó a vivir con él dándole el rango de esposa.
Ogum quiso por esto matar a Xangó y su enemistad no tuvo fin, ya que por tal motivo, tanto Xangó como Ogum son enemigos asérrimos.
De la relación de Xangó y Oiá, nacieron 9 hijos, ocho de los cuales fueron mudos. Al quedar embarazada del noveno hijo, Oiá fue nuevamente a la hechicera para que hiciera algo para que su hijo pudiera hablar. La hechicera, le dijo que sólo podría hablar con la voz de otra persona y que debía ponerle de nombre EGÚN o EGUNGÚN. Por ese motivo, se considera a Oiá como "la madre de los espíritus encarnados y desencarnados".
LEYENDA DE XAPANA:
Leyenda 1
Xapanã lleva a sus guerreros a una expedición a los cuatro puntos de la tierra. Una persona herida por sus flechas, estaba oculta, Obaluaê-Xapanã, llega al territorio de Mahi en el norte de Daomé, matando y diezmando a todos sus enemigos y comienza a destruir todo lo que encuentra a su paso.
El Mahis había debido consultar un Babalaô, les enseñó a tranquilizar a Xapanã. El Babalaô les dijo que tendrían que convidar con pipocas, esto lo tranquilizaría, y así sucedió.
Xapanã estuvo dócil y contento con las atenciones recibidas, pidió construir un palacio donde vivir y no se volvió más al país de Empê.
El Mahi prosperó y todo estuvo calmado. Xapanã continuó saludando al rey de Nupê y padre en Empê.
Leyenda 2
Al llegar de viaje a la aldea, Obaluaiê consideró que sucedían los orixás, un festejo con la presencia de todos. Obaluaiê no podía entrar en el festejo, debido a su aspecto horrible. Entonces observaba por las aberturas del lugar.
Ogum, al percibir a Orixá, cubierto con ropas de paja, una capa que ocultaba su cara enferma, lo invitó a entrar a los festejos.
Aunque estaba avergonzado, Obaluaiê entró, pero nadie se le acercó. Iansã entendía la situación triste de Obaluaiê y se sentía apesadumbrada.
Iansã lo llevó al centro de la Xirê (partido, danzas) y allí lo comenzaron a levantar por el aire y bailó alegremente con sus equedes.
Entonces Iansã se acercó a él y sopló sus ropas de paja. En ese momento las heridas de Obaluaiê saltaron por el aire transformándose en una lluvia de pipocas.
Obaluaiê e Iansã Igbalé se convirtieron en grandes amigos y reinaron juntos, en el mundo de los espíritus de los difuntos, pudiendo abrir o interrumpir las demandas de los difuntos a los hombres.
LEYENDAS DE OSANIA:
Leyenda 1
Ossãe recibió de Orunmilá el nombre de las plantas. Ifá fue consultado por Orunmilá que iba a irse de la tierra al cielo para apartar todas las hojas. Cuándo Orunmilá llegó al cielo le dijo: Olódùmaré, con todas las hojas que tomaste ¿qué harás con ellas?
Òrùnmílá contestó que las utilizaría para beneficio de los seres humanos en la tierra.
Entonces Orunmilá llegó a la roca de Àgbàsaláààrin, encontró a Ossãe y le preguntó:
- ¿Ossãe adonde vas?
Ossãe dijo: - "Voy al cielo, voy a buscar hojas y remedios".
Orunmilá dijo que ya había ido a buscar hojas al cielo para beneficio de los seres humanos. Ossãe miró todas esas hojas y se las arrebató. Con ellas podría hacer los remedios (brujerías), sin embargo él no sabía sus nombres. Entonces Orunmilá le dio nombre a todos las hierbas y le dijo, usted lleve todas las hierbas a la tierra, iremos juntos.
Fue así que ese día Orunmilá entregó todas las hierbas a Ossãe y le enseñó sus nombres.
Leyenda 2
Un día Xangô encontró enferma a su mujer Oyá (Iansã), diosa de los vientos. Ossãe sabía el secreto de cada una de las hierbas y los Orixás, pero no poseía ninguna planta. Entonces Oyá levantó su falda y la agitó, comenzó a soplar un viento violento.
Ossãe, al percibir lo que sucedía, gritó: - Ewéo! ¡Oh! ¡Las hierbas! ¡Las hierbas!
No pudo evitar que las hierbas fueran divididas entre los Orixás, pero ellos no tenían los conocimientos necesarios acerca de las hierbas. Por eso hasta hoy se necesita de Ossãe para utilizarlas en los rituales. Este es su secreto.
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