ORIXA EN AMERICA: HOMENAJE A BABALORIXA JOAO CORREIA LIMA (QUIEN INTRODUJO EL BATUQUE EN
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2012 AÑO DE NUESTRO PAE OXALA

PREGUNTAS O DUDAS

martes, 11 de enero de 2011

HOMENAJE A BABALORIXA JOAO CORREIA LIMA (QUIEN INTRODUJO EL BATUQUE EN

En los años ‘60, aparece en la televisión una serie de películas que hacían referencia a algo desconocido para el pueblo uruguayo y específicamente para la clase media, filmografía que hacía referencia en su temática al "Vudum», a los zombis, etc. Estos rituales se dieron a conocer con el mal llamado nombre de «Vudú», en lugar de Vudum, que significa dioses. La creatividad artística de la época, deseosa de conseguir adeptos a sus filmes de terror, vio una prolífera veta en la cultura africana, creando así una gran confusión, ya sea con los muertos que resucitaban o con las fuerzas de la oscuridad. Se lo clasificaba como algo demoníaco, prohibido y ajeno.
El término "vudum", muy mal empleado por los cineastas y escritores norteamericanos, pero muy bien utilizado para lograr grandes ganancias, atrajo a muchos, unos por la manera de realizar estos filmes y otros para informase si realmente en países como Cuba o Haití existían estas prácticas.
La aparición de estos filmes, hizo que en toda América y el mundo tuvieran un concepto diferente de lo que es la tradición cultural africana. Hubiera sucedido de igual manera, si los cineastas y escritores americanos hubieran tomado la imagen del matrero nuestro, del gaucho y de los independentistas para mostrar una revolución diferente, donde el matrero mataba indiscriminadamente cuanto animal encontraba en su camino, y máxime si estaba mezclado, en su lucha independentista con algún negro africano que rendía culto a sus ancestros. La imagen que se tendría del gaucho sería otra, y no olvidemos que junto a ellos estaba la figura del indio, que por consiguiente tenía una diferente cultura religiosa.
Pues bien, si esto hubiera caído en manos de los mismos cineastas y escritores que cayó la tradición cultural africana, esta distorsión hubiera causado deterioros en nuestra tradición folclórica. Así y todo, los Orixás africanos se preservaron a través del tiempo, los grandes Babalawos y Babalorixás se enfrentaron en esa época a un modelo diferente de discriminación, pero supieron sortear todo tipo de dificultades para mostrar al mundo su cultura religiosa y proyectar su fundamento al futuro.
El estado de Río Grande del Sur estaba anexado a la Banda Oriental en sus comienzos. La libertad de los esclavos en 1842, atrajo a muchos del actual Río Grande hacia nuestras tierras, todos de procedencia Yorubá, integrantes de las diferentes naciones que formaban este gran grupo étnico. Muchos quedaron en algunos de nuestros departamentos y otros llegaron hasta el centro del país. Un gran grupo que venía de Montevideo con el éxodo del pueblo Oriental siguió otros caminos; el negro buscaba la tranquilidad y el respeto como ser humano, y esto se lo brindaba la revolución independentista.
Los actuales afro descendientes de nuestro país han perdido su tradición religiosa y cultural. Les ha quedado solamente una música luba de divertimento como el candombe, perdiendo la simbología de los tres tambores o los cuatro tambores del candombe. Han perdido la significación que tienen estos tres tambores por sus toques dentro de algunas naciones africanas a las cuales pertenecen, utilizándolos para rituales y ceremonias religiosas en donde se invoca a los ancestros. Algunas de las principales ceremonias, fueron relatadas por Acevedo Díaz, mencionando el canto a los muertos en los velorios, como todas las naciones africanas que tienen en común el cantar cuando alguien nace, se casa o muere, lo mismo ante cualquier pedido a la naturaleza.
La sociedad de la época se encargó de no dejar rastros de los significados de los afro descendientes de nuestro país, todos originarios de las regiones de Angola y Congo. En Brasil, el folclore de estas regiones está muy presente en el diario vivir de todos los pueblos y ciudades del norteño país. La religión de Umbanda es una consecuencia del espiritismo, el catolicismo popular y la cultura Bantú de los descendientes de africanos provenientes de Angola y Congo.
La tradición cultural de nuestros afro descendientes se ha perdido; sería bueno que algún día alguien les restituya esto que nosotros en varios congresos hemos expuesto y que estamos hoy desarrollando.
Las naciones Bantúes tienen una íntima relación con el candombe, con el candomblé y con las naciones de Angola de candomblé. Cada una de ellas tiene toques similares con las danzas de los llamados «afros» en carnaval y de la «llamada», festividades de las naciones africanas en el Uruguay.
Esta tradición cultural se ha perdido porque los descendientes de africanos en nuestro medio no cumplieron con la transmisión de la identidad religiosa. Al perder su identidad religiosa, perdieron el ser la gran nación afro en el Uruguay. No ocurre esto con la nación de Angola y Congo que existen en Brasil, y no ocurre esto con las naciones Yorubas que eran partícipes de la ex Banda Oriental y que ingresaron a nuestro Uruguay.
EL BATUQUE EN URUGUAY.

Las fronteras en común con Artigas y Rivera, hicieron que el Batuque de Rió Grande del Sur ingresara a través de ellas al territorio nacional. El primer baluarte religioso del Batuque se encontraba en Sant’Ana de Libramento, ciudad fronteriza con Rivera. Allí, antes de que se fundara el primer Ilê (casa de religión) varios iniciados en el Batuque de las naciones Jéjè existían en lo que nosotros clasificamos como la primera etapa. Esta primera etapa se desarrolla dentro de una casa, más precisamente en una habitación dedicada al culto.
En ediciones anteriores decíamos que Mãe Matilde de Iemanjá convoca al Babalorixá João Correia Lima (Pai João do Bará) para solucionar un problema espiritual de la Mãe Teta. Este simple hecho, marcó una importante parte de la historia del Batuque en todo el territorio de la República Oriental del Uruguay. El Pai João do Bará, procedente de una humilde familia de Porto Alegre, de profesión picapedrero, analfabeto, así decía su documento de identidad (1964), ingresó en la Nación de Jéjè de manos de la Mãe Chininha de Aganju de Ibeijis, descendiente de esclavos.
Hacemos un alto para dar una explicación de los Jéjè’s. Este grupo, que formara una parte importantísima de la sociedad de Río Grande del Sur en el siglo pasado, ingresa desde el antiguo Dahomey, hoy República Popular de Benín. Parte del Dahomey hablaba en la misma lengua que los grupos llamados Yorubas. Cuando Odudua unifica a todas las naciones de la misma lengua bajo la bandera de la gran Nación Yoruba, abarcó gran parte de la actual Nigeria y el Dahomey. Las luchas tribales de conquista de unos pueblos a otros hizo que la llegada de los navíos negreros fueran vendidos a los conquistados, por eso se dio que llegaran a Bahía tres princesas de Oyos y que allí fundaran el Axé Opó Afonja, Casa Blanca, el alto Gantois. La gran Nación Jéjè se instala en Río Grande del Sur caracterizándose por sus ritmos muy especiales y diferentes a los ya conocidos. Hoy, muchos pertenecen a un lado (nación) y terminan de aprontarse en otro, dándose lo que se conoce como naciones compuestas: Jéjè con Jexa, Oyos con Jéjè, etc.
Cuenta la historia de Porto Alegre, que en 1860 aproximadamente, llega a esta ciudad un príncipe de la familia real de Ajudá de la actual República de Benín, de tradición cultural Jéjè. La historia también dice, que este príncipe recibía dinero (pensión graciable) de parte del gobierno Inglés. Se le conoció como príncipe Custodio y su nombre era José Francisco Custodio de Almeida.
Este príncipe instaló su casa de religión en la capital del estado, llamaba la atención por su forma de vestir y era visitado por la alta sociedad de la época. Tenía caballos y varios carruajes que utilizaba para su transporte personal, despertando la admiración de toda la ciudad. Una cosa si es importante resaltar, al igual que sus ancestros, tenía varias mujeres con quienes vivía en la misma casa y tenía varios hijos con cada una de ellas.
El lugar donde estaba situada su casa es conocido como la Ciudad Baja (cidade Baixa). Este príncipe de Benín, de la Nación Jéjè, toma trascendencia en Porto Alegre porque no solamente las más importantes personalidades de la época lo frecuentaban, sino que el propio gobernador de la época, Borges de Medeiros, era su hijo de Santo y además se dice que era hijo de Ogún con Ihanza. El propio gobernador concurría a las festividades, ya que era algo muy común en esa época que diferentes políticos se acercaran a la religión africana. Lo más impactante, era que el Príncipe Custodio había asentado un Bará en el Palacio Piratiní para que se abrieran los caminos del gobierno de ese entonces. Este asentamiento aún hoy existe, lo que no se dice o se sabe, donde fue realizado.
Las crónicas cuentan que falleció en el año 1936 y que su entierro fue lo más importante de la época. No olvidemos que el más importante culto a Naná Burukum o Brokum, lo mismo que Zapata, provienen del Dahomey, la hoy República Popular de Benín.
Para ésta época, nuestro Pai João Correia Lima contaba con 31 años, pues falleció con 67 en 1971. El ingreso del Batuque a Sant’Ana de Libramento, hizo que los uruguayos hijos de Umbanda de la Mãe Teta terminaran aprontándose en esta Nación, dándose el primer paso de ingreso a Rivera y luego a Montevideo. A nuestra capital fue con bombos y platillos, ya existían hijos prontos en batuque por el Pai João en Montevideo, como el Pai Sergio Tobías, Mãe Jorgelina Olivera, Pai Enrique Guardia, Mãe Yolanda Sosa, Pai Kito y Mãe Pola, Pai Víctor Garrón, Pai Alberto Santiago Pavez, Mãe Amelia Aires, Mãe Ana Elia Pereyra, Isabel Vargas de Portela, Pai Armando Ayala, Pai Carmelo Rizzo. Hemos mencionado a los que se aprontaron en la década de los ‘60 en Sant’Ana de Libramento y en Porto Alegre, los que fundaron sus casas de religión en la misma década, los que hicieron posible que llegará el Pai João y aprontara a sus nuevos hijos para continuar con la gran cadena religiosa.
Mayoritariamente este grupo religioso se formaría en los lugares más pobres de la ciudad; también sucedió que parte de la clase media alta o la burguesía, también ingresara a los llamados Batuques. Al extenderse el Batuque desde Sant’Ana hacia Rivera fue simplemente cuestión de tiempo esperar que llegara a Montevideo.
En Montevideo, las primeras casas de Batuque fueron en Flor de Maroñas y la mitad de camino entre El Cerrito y Las Acacias. El comienzo fue exactamente igual para todos, en donde la casa tenía una habitación dedicada al culto. Así surgieron diferentes casas de religión como: la de Mãe Jorgelina de Oxúm, existente hasta el día de hoy en la calle Hungría; la casa del Pai Sergio Tobías en la calle Barquisimeto, luego trasladada a la calle Homero, hasta que se fuera a vivir a Porto Alegre, volviendo después de un tiempo a sus raíces en la calle Homero. La casa de la calle Barquisimeto queda en manos del que escribe estas líneas, Pai Armando Ayala, para luego trasladar el Axé hasta la calle Guadalquivir. A todas estas casas que hemos mencionado se le agregan: la casa del fallecido Pai Enrique en la calle Azarola Gil, en Piedras Blancas; la casa del Pai Víctor Garrón en el centro de la ciudad en Acuña de Figueroa y que luego se trasladara a Buenos Aires hasta el día de hoy.
Mencionamos estas casas porque fueron en las que João Correia Lima realizó obligaciones, retiros espirituales, las asentó, las afirmó (como se dice en términos religiosos), plantó sus semillas y de allí continuó creciendo el Batuque hasta nuestros días.
PAI JOAO CORREIA LIMA

Pero... ¿Quién era éste Babalorixá? ¿De dónde venía? Los caminos de la vida nos llevan a homenajear a nuestro querido viejito, a nuestro gran Pai. Para nosotros, todos sus descendientes, el más grande, el más importante, el mejor, el gran guerrero de la luz, el que supo traer su Nación, colocar su bandera, disfrutar de la felicidad de sus hijos y hacer felices a muchos otros.
Las notas gráficas muestran a la gente que se relacionó con él, y más allá que muchos ya no estén entre nosotros dejaron sus semillas en esta religión. Estas semillas continúan germinando para transformarse en los grandes árboles que darán fruto en un futuro no muy lejano.
Este Babalorixá y también Babalawo de la Nación Jéjè, se inició como lo mencionáramos anteriormente, con Chininha de Aganju de Ibeijes, cuya casa de religión existió en la ciudad de Porto Alegre. Esta Iyalorixá, con más de 80 años, fue de alguna manera obligada por sus hijos a cerrar la casa debido a que sufría del corazón. Las danzas de su Xangó eran tan imponentes a la hora de bailar el Aluxá (danza ritual de Xangó), que terminaba muy fatigada y cansada. Para preservar la vida de su querida madre decidieron cerrar la casa.
João Correia Lima, que en ese momento estaba allí, ya prácticamente con todos sus Axés decidió encostarse, acercarse o finalizar lo que ya tenía en la casa de otro Babalorixá muy conocido y famoso en la ciudad de Porto Alegre. Este Babalorixá, era conocido porque de su casa surgieron grandes nombres que llevaron a la religión adelante en los años ’70 en la ciudad de Porto Alegre. Nos referimos al Babalorixá Antoninho de Oxúm, de la conocida Nación de Oyos, representante del reino de Oyos. Los Batuques del Pai João, en la calle Comendador Rehigans al 269, tenían dos partes: una era la Nación de Jéjè de Dagabis (Jéjè de Palitos), con tres tambores pequeños y unos más grandes, adornados alrededor con cascabeles; el toque de Jéjè de Dagabis tiene una similitud con el Are Are del Batuque. Cuando finaliza el toque de Jéjè, siempre y cuando sea una nación compuesta, los Orixás que habían participado de las diferentes danzas del Jéjè, continúan con la segunda parte, la danza para la Nación de Oyos, en la cual se toca el tambor con las manos.
Siempre que había una festividad en el llamado terreiro o Ilé de la calle Rehigants, cuyo nombre era «Sociedad Beneficiente 19 de mayo», del Barrio de Auxiliadora en Porto Alegre, en ese templo, sobre la puerta del pegí, había una foto de perfil del Babalorixá Antoninho de Oxúm iluminada, indicando el gran respeto que tenía su hijo por él, ya que fue con quien el Pai João finalizó su sacerdocio religioso africanista.
Le conocimos en Montevideo, en General Flores 4410, en el Ilé de Oxúm de la fallecida Mãe Amelia. Fue traído por primera vez por el Pai Alberto Santiago Pávez, aún con su casa de religión en Buenos Aires. Luego de haberse ido de Montevideo, su historia está ligada a la del Pai Enrique Guardia y al Pai Ángel Salvador Córdoba de la ciudad de Rivera, a quienes la vida les llevó por caminos idénticos, llevándolos hasta Sant’Ana de Libramiento, y allí hasta la casa de la Mãe Teta, donde conocieron primero la Umbanda y luego el Batuque. La Mãe Teta los condujo a la casa del Pai João, al Pai Alberto Santiago Pávez personalmente y los otros dos en diferentes etapas.
Con el hoy Pai Mara (Alberto Santiago Pavez) ocurrió algo especial cuando la Mãe Teta le dijo al Pai João: «le traigo éste hijo que yo quiero mucho para que usted lo apronte". El Pai lo miró primero a él, y luego dirigiéndose a la Mãe Teta le dijo: "es hijo de Bará". Así comenzó el mensaje de Bará, el señor de los caminos, ese hijo de Bará abrió el camino para que otro Bará llegase a Montevideo con el Batuque de Jéjè de Dagabis al hombro, rumbo a la casa de Amelia Aires, dónde, como decíamos al comienzo, le conocimos.
Su llegada a Montevideo causó conmoción en todo el ámbito religioso local. Se hablaba del mal y del bien, de los santos cristianos, de los caboclos y los prêtos, una mezcla no muy auténtica dentro de la religiosidad afroumbandista, el sincretismo heredado del Brasil. Con esto querían justificar que el ritual de Umbanda era mejor, más bueno y más puro que los rituales de Batuque. Hacían entender que el Batuque era maligno porque allí se faenaban animales o que tenía una connotación con el diablo de los cristianos. Costó mucho tiempo hacerles entender que no se faenaba porque sí, sino que se faenaba para comer y para que esa carne de caprinos, ovinos y porcinos, como aves de corral, se repartiera entre los que estaban en retiro espiritual durante los ocho o dieciséis días para luego consagrarse sacerdote. Claro que en aquella época no había difusión radial de la religión, ni televisiva, ni tampoco escrita. Aquí un pensamiento propio de lo vivido en esta época: »Bueno, para que tanta difusión, si total, quienes supuestamente lo difunden no aportan nada de conocimiento porque no saben ni para ellos»...
La fuerza de los propios Orixás hizo que los umbandistas tuvieran que presenciar rituales y ceremonias, y así, más tarde decidieron ingresar a la religión de los batuqueros, porque su propia Umbanda había adoptado desde su fundación en 1908 como propios, 7 de los Orixás africanos para integrar su organigrama poniéndolos en un grado superior astral, comandando todas las falanges de la Ley.
El Batuque llega Montevideo y se instala para echar raíces. Las primeras casas reciben con honor a quien las inaugurara y comienza el crecimiento. Los Orixás hacen sentir su fuerza y comienzan los primero milagros, nacen nuevos Pai y Mãe, creciendo así las nuevas generaciones de batuqueros. Treinta años después se extiende en todo el territorio nacional y llega a Buenos Aires. Otros Babalorixás llegaron trayendo sus naciones, otras Mães de Santo incursionaron con sus danzas y sus fundamentos, pero la magia del primer encuentro aún esta latente, la fuerza del axé de Bará Exu Bi se extiende a lo largo y ancho de nuestras vidas, para él no existen las fronteras. Sus hijos plantaron nuevas semillas, muchas continúan en el axé que fueron plantadas, otros buscaron nuevos caminos, para finalizar o comenzar un nuevo verbo, una nueva lectura pero un viejo camino, el del crecimiento espiritual. Los hijos del Bará Exu Bi nos quedamos con una enseñanza que una vez viéramos de él, cuando le visito Joasinho da Gomeia, el recibimiento fue muy cálido y dio a entender el conocimiento de mucho tiempo atrás: "El hombre que preserva a sus amigos jamás es dominado por las tempestades de la existencia; tiene fuerzas para vencer las dificultades y seguir adelante".
En el nuevo siglo, en el comienzo del milenio, los hijos, nietos, bisnietos y tataranietos del introductor del Batuque en el Uruguay rinden este sincero homenaje a éste gran maestro religioso, que dejara el camino abierto para transitar en el ALUPO BARÁ EXU BI SEÑOR DE LOS CAMINOS.

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