ORIXA EN AMERICA: MITO
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2012 AÑO DE NUESTRO PAE OXALA

PREGUNTAS O DUDAS

martes, 11 de enero de 2011

MITO

Al Principio de todo, cuando los Orixás llegaron a la tierra y establecieron su culto, pensó Obatalá que ya era tiempo de preparar a los hombres para que pudieran cultuarlos según sus designios.Asi, Obatalá convoca a Oxum, para que sea ella quien preparara al hombres, iniciarlos en el culto y de ahí en adelante propagarlo por el mundo, iniciando a sus semejantes en diferentes jerarquías bien definidas.
Asi, Obatalá elige a Oxum para llevar a cabo esta tarea.

Así Oxum aceptó gustosa realizarla.

Oxum tenía plena certeza de la importancia de la misión que se le recomendaba: de su desempeño dependería la suerte del mundo, el futuro del culto. Los seres humanos precisaban recibir instrucciones religiosas para que pudiesen ellos mismos, ofrecer sus propios sacrificios, de acuerdo con la voluntad del gran Dios. Pero no poseía medios para, sola, transmitir todos los secretos. Al fin y al cabo, cada Orixá había creado su propio culto. Sería necesario entonces, que todos colaborasen, enseñando al ser humano sus propios secretos, sus preferencias y rituales.

Oxum pensó que era necesario consultar ante todo al Oráculo, para saber dónde encontraría al ser humano con todas las cualidades exigidas para la formación de un sacerdote.

En el mismo día fue a casa de Orunmilá, y fue recibida con honras de reina. Consultado Ifá, quien responde es el Odu Osáyekú, formado por la interacción de Osá con Oyeku. Orunmilá permaneció largo tiempo observando el signo que le surgiera:

-Este Odu habla de alguien que es esperado y a quien será dado el dominio de la tierra. Fue en este camino que Olofin repartió todo lo que creó entre los Orixás. La persona en cuestión debe ofrecer sacrificios y cultura a todos los Orixás, por toda su vida. Su suerte será magnífica y su nombre se tornará inmortal!

El ser humano que buscas no existe. Es un niño nacido en Oxogbó, hace siete años, hijo de un cazador y de una mujer de descendencia noble- Concluyó Orunmilá.

Al día siguiente, Oxum envió un emisario a buscar al niño. Durante siete años le enseñó la manera correcta de evocar el Axé de cada Orixá, de apaciguarlo, de tornarlo propicio para e l desenvolvimiento de la humanidad.

Al fin de siete años y en ceremonia pública, el niño recibió de manos de Obatalá una calabaza que contenía los diversos símbolos de su nueva posición, el Ade Iká, la corona del Poder.

El niño se transformó en un sacerdote al cual fue dado el título de Babaloxá, Padre que posee a los Orixás, y todos ellos le habían enseñado la forma correcta de ser reverenciados y cultuados por los hombres.

Sin embargo, el Babaloxá se quejaba:

-¿de que forma podré yo y aquellos a quien yo les enseña los secretos, que me fueron confiados, saber qué tipo de mal aflige a nuestros seguidores, si no podemos acceder a los secretos del Oráculo? ¿Cómo podré convencer a Orunmilá de que este conocimiento es imprescindible para la sustentación del culto? ¿Qué sin él estaremos irremediablemente imposibilitados de establecer contacto con los seres del Orun?

Oxum lo oía, y no encontraba una solución al problema. Sabía que Orunmilá era irreductible en sus decisiones y que estaba organizando para sí propio, un culto independiente del culto de los Orixás.

Y resuelta a solucionar el problema, Oxum fue a casa de Orunmilá.

Sabiendo que Orunmilá sucumbía ante sus encantos, Oxum como buena hechizera, se bañó en hierbas, esperando seducir a Orunmilá y que la tomase como esposa, después de todo, era buen negocio desposarse con el señor de la sabiduría y ella, seguramente, sacaría buen provecho de esta relación.

No faltó mucho para que Orunmilá le propusiera casamiento. Sin embargo Oxum le impuso sus condiciones:

-En primer lugar, después de casada, continuaré viviendo en mi propio palacio, permitiendo que por las noches duermas conmigo sólo cuando yo lo crea conveniente.

En segundo lugar, no podrán existir secretos entre nosotros. Yo te diré todo a mi respecto y de la misma forma, tú me confiarás todos tus secretos.

En tercer lugar, exijo que me sea dado un cargo y un título de gran importancia en tu culto particular- finalizó Oxum.

Orunmilá había creado una especie de sociedad patriarcal, orientada por reglamentos rígidos y a la cual las mujeres no tenían acceso. Solamente los hombres, los cuales seleccionaba personalmente podían ser iniciados, y sólo después de la iniciación se sometían al proceso del aprendizaje del Oráculo, de los 256 Odua, y de sus itans y esés.

Estos sacerdotes a quienes Orunmilá llamaba Babalawos, tenían el poder de conocer el destino de un ser humano, aúna antes de su nacimiento y podían enseñar a esa persona a controlar ese destino evitando el mal a través de prohibiciones alimentarias o de carácter ritualístico. Sin duda, esos sacerdotes acumulaban un poder mayor que los sacerdotes del culto de Orixás. Llevaban una desventaja: para que pudiesen ser aceptados en la sociedad tenían que sustituír el culto a sus propios Orixás por el de Orunmilá, no podían “hacer” Orixá en nadie.

Dicen que un hombre apasionado pierde gran parte de su condición de razonar con claridad y Orunmilá, embobado por Oxum, aunque era un Orixá tenía todos losd efectos del ser humano. Sin reflexionar, guiado por el impulso de macho que busca una mujer, movido por la pasión, el señor de Ifá aceptó las condiciones impuestas por su amada, sin medir las consecuencias.

Rápidamente Oxum se presentó a una reunión de esta sociedad, a reclamar su derecho a recibir el título de gran honor que le reclamara a su amado. Orunmilá entonces, con la ayuda de sus sacerdotes, inició a Oxum en el Culto a Ifá, entregándole una calabaza con un único Ikin y dándole el título de Iyapetebi:

-Ahora perteneces a nuestro culto. Como te prometí, te concedo el cargo de Iyapetebi, que te dá el derecho de participar de la primera parte de la consagración de nuestros sacerdotes.

Quedarás encargada de providenciar las comidas que me son ofrecidas, asi como de cocinar las carnes de los animales que se sacrifiquen para mi honra. NO PODRÁS NO OBSTANTE, ACCEDER A LOS SECRETOS DE LOS 256 ODUS IFÁ. Esto porque ya eres demasiado poderosa y, de poseer este conocimiento, impondrás de tal forma tu poder sobre los hombres que el mundo vivirá en constante desequilibrio.

Ahora tranquilizate: ya eres parte del culto aunque no poseas a Ifá.

Esto despertó la irá de Oxum que le respondió:

-Más prometiste revelarme todos los secretos! ¿cómo entonces osas esconderme el conocimiento sobre los Odus Ifá?

-Estos secretos no son míos, no me pertenecen, son del Oráculo del cual soy Guardián. Bien se, Oxum, cuales son tus verdaderas intenciones, por lo tanto no insistas, nada te revelaré sobre Ifá. Concluyó Orunmilá.

Comprendiendo que la decisión de su marido era definitiva, Oxum fingió contentarse con ella. Después de todo, ya pertenecía al culto de Ifá, y el resto corría por su astucia que sabía, no le faltaba.

Después de mucho pensar, Oxum arquitectó un plan para solucionar aunque parcialmente, el problema que tenía entre manos. Sabiendo de la amistad de Orunmilá con Exú, decidió brindarle un gran agasajo a Exú para lograr sus objetivos.
Exú fue convidado a un banquete en el Palacio de Oxum, que le sirvió mucha aguardiente hasta embriagarlo.

Dulcemente, dengosamente, astutamente, Oxum convenció a Exú de que robase los secretos de los Odus y los pasara a sus manos.

Exú le prometió que al otro día por la mañana, el problema estaría resuelto…

Al día siguiente, antes que naciera el sol, Exú golpeó a la puerta de Oxum. Traía consigo un pequeño baúl de madera y una estera enrollada debajo del brazo.

-Aquí está lo que me pediste Señora de Miel…

-Déjame ver Exú, no imaginas cuan ansiosa estoy! Respondió Oxum.

-Vamos, con calma! Como bien me dijiste ayer, soy un buen negociante y, antes de entregarte la encomienda, quiero presentarte mi precio- dijo Exú.

-¿Y cual es tu precio? Habla! Estoy dispuesta a pagarlo!

-No te caberá a ti pagar mi precio y si a todos los que consulten el oráculo, todos aquellos que hicieren uso del nuevo sistema oracular que cree para ti, pagaran el precio. Siempre que alguien me consulte a través de este oráculo, determinaré sacrificios que me serán ofrecidos para que sus males puedan ser aliviados. Aún cuando los sacrificios exigidos se destinen a otros Orixás o para Egun, deberé ser recompensado con una parte de ellos, caso contrario no permitiré que lleguen a sus destinatarios…Y este dulce señora, es el precio de mis servicios… concluyó Exú.

Así fue como Exú robó los secretos para Oxum y se los obsequió junto al nuevo sistema oracular…

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